"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
Con esa naturalidad y frescura que le caracteriza, el actor malagueño recordó que estuvo por primera vez en el Festival donostiarra, donde junto a Almodóvar presentó Laberinto de pasiones hace veintiséis años. “Recuerdo que llegué con 350 pesetas en el bolsillo y me marché en autostop. Así fue mi primer Festival de San Sebastián, por lo que cuando Pedro Almodóvar, el mismo director con el que vine por primera vez, me entregue el premio, va a ser un momento muy emocionante”, señaló en su rueda de prensa un Antonio Banderas agradecido por el galardón que viene a darle “más energía de la que ya de por sí tengo”.
Banderas confesó estar lleno de ilusiones para continuar contando historias como actor, al tiempo que tiene el propósito de dedicar más tiempo a su desarrollo como director, faceta de la que dijo “todavía me siento en pañales, pero quiero crecer en este terreno, quiero arriesgarme y encontrar mi propio lenguaje”.
Él mismo reconoció que, aun pudiendo resultar una contradicción, no es muy amigo de los festivales,“quizá porque no creo mucho en la competición, pero sí creo en los festivales como encuentro entre cineastas de distintos países, donde se puede hablar, hay un mercado, se ve el trabajo de gente que de otro modo no tendría acceso a los circuitos normales del cine, por lo que creo que cumplen una función importante”.
Volver al teatro
Banderas dijo querer volver al teatro “que para mí es como una mujer que quiero mucho y tengo abandonada. No quiero que pasen tantos años sin hacer teatro, que fue mi primer medio y me hizo dar el salto. Me gusta su aspecto efímero y único. Me apetece entrar en un mundo cinematográfico más profundo, trabajar en el teatro, y trabajar menos y mejor. Creo que hasta ahora mi carrera ha sido coherente. Cuando yo fui a los Estados Unidos, salvo excepciones, no había actores hispanos y yo sentía que sólo me podían ofrecer determinados personajes. He tenido que construir mi carrera apoyada en eso y, para mí, haber podido mantenerme durante veinte años en los Estados Unidos ya fue un éxito”, declaró.
El actor malagueño cree que ha sido merecedor del Premio Donostia precisamente por eso, “por haber puesto un granito de arena para derribar muros que parecían imposibles de saltar, para quitarnos de encima un complejo de inferioridad que hemos arrastrado durante muchos años”.
De sus primeros años en los Estados Unidos dijo recordar la enorme soledad que sintió, algo que le llevó a plantearse si aquello, realmente, merecía la pena. Entre las personas que, a lo largo de su carrera, le han ayudado, además de “a mi amigo Imanol y a Luis Pascual” cita a Pedro Almodóvar, de quien dice le abrió muchas puertas. “Almodóvar era muy reconocido en el mundo profesional y eso me ayudaba cuando me presentaba a cualquier prueba. Cuando decía que había trabajado con él me dejaban presentarme”.
Banderas tiene prisa por materializar esa idea sobre Boabdil que le ronda en la cabeza desde hace ya doce años. “La película la quiero grabar en árabe y español, las dos lenguas que se hablaban en aquel momento. Quiero reflexionar sobre un tema actual de confrontación de dos mundos, el musulmán y el occidental, con la objetividad que me dan los quinientos años de historia que nos separan. Me voy a basar no sólo en los hechos históricos, sino también en la leyenda popular. En este proyecto me va la vida, es lo que más tengo presente en mi cabeza en estos días, más que cualquier otro proyecto”.
"Este premio viene a darme más energía de la que ya tengo de por sí"
L. C.