"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
Philippe Garrel, a quien el Festival dedicó el año pasado una retrospectiva, presentó ayer en el Victoria Eugenia su última película, La frontière de l’aube, a la que definió como “un intento de hacer verdadero cine. No digo que sea la obra de un artista –matizó–, pero sí una forma de resistencia frente a la opresión a la que estamos sometidos por parte de los millones de imágenes y sonidos que actualmente inundan nuestras vidas”.
La frontière de l’aube es una garreliana historia de amor y suicidio. Carole (Laura Smet) es una conocida actriz que se enamora de un joven fotógrafo, François (Louis Garrel). Cuando el marido de Carole descubre el romance, los amantes deciden separarse. La joven va perdiendo el juicio y termina suicidándose. François rehace su vida junto a otra chica, pero, cuando está a punto de casarse, recibe la visita del espectro de Carole, que le invita a reunirse con ella.
También desde el punto de vista técnico la película tiene muchas de las características del cine de Garrel: planos cortos, rostros que dialogan entre sí, recursos del cine mudo…
A pesar de que aún no ha sido estrenada en las salas comerciales, ha suscitado ya controversia. “La mitad de la crítica la ha atacado duramente –dijo ayer Garrel–. Eso es muy interesante para mí, me permite vislumbrar cómo debió sentirse Godard a lo largo de toda su vida, pues de él se llegó a decir que ni siquiera sabía hacer cine”. Garrel siempre ha considerado a Godard como su primer maestro. En alguna ocasión ha contado cómo surgió su vocación de cineasta: “Fue viendo Alphaville. Apenas nos quedamos cuatro en la sala. Aquel día comprendí que sería cineasta y también qué me esperaba”.
M.A.