Calificada frecuentemente como la mejor actriz contemporánea, Meryl Streep reúne tantas cualidades que es casi imposible hablar de ella sin recurrir a los superlativos. Su talento tiene poco que ver con las estadísticas, pero se puede definir en números: es la actriz con más nominaciones al Oscar de la historia, 14, y la que ha tenido también más candidaturas a los Globos de Oro, 21. Los dos premios de la Academia de Hollywood, por Kramer vs. Kramer (Kramer contra Kramer, Robert Benton, 1979) y Sophie’s Choice (La decisión de Sophie, Alan J. Pakula, 1982), y los seis Globos de Oro que ha obtenido, por esos dos filmes más The French Lieutenant’s Woman (La mujer del teniente francés, Karel Reisz, 1981), Adaptation (Adaptation. El ladrón de orquídeas, Spike Jonze, 2002), la mini-serie de televisión Angels in America (Mike Nichols, 2003) y The Devil Wears Prada (El diablo viste de Prada, David Frankel, 2006), describen sólo una pequeña parte de la versatilidad e intensidad de su carrera.
Meryl Streep nació en Nueva Jersey, Estados Unidos, en 1949. Comenzó su formación como actriz de teatro en el Vassar College y posteriormente en el Yale Repertory Theatre. En esos años interpretó papeles de los grandes autores clásicos, de Shakespeare y Dostoievski a Tennessee Williams y Arthur Miller. Se encontraba haciendo teatro en Broadway cuando tuvo la ocasión de realizar su primer y ya notable papel para el cine, en Julia (Fred Zinnemann, 1977). El segundo, el de Linda en The Deer Hunter (El cazador, Michael Cimino, 1978), le llevó directamente a los Oscar, con su primera nominación, seguida por otra al año siguiente por Manhattan (Woody Allen, 1979). Al mismo tiempo dejaba huella también en televisión, con la serie Holocaust (Holocausto, Marvin J. Chomsky, 1978). La minuciosidad de su trabajo, y su capacidad para los dramas vividos por mujeres con coraje y personalidad, desembocaron en papeles tan célebres como los de The French Lieutenant’s Woman, Sophie’s Choice, Silkwood (Mike Nichols, 1983), Falling in Love (Enamorarse, 1984), Plenty (Fred Schepisi, 1985) y la Karen Blixen de Out of Africa (Memorias de África, Sidney Pollack, 1985).
Pero Meryl Streep aún tenía mucho que demostrar en el polo opuesto: la comedia. She-Devil (Vida y amores de una diablesa, Susan Seidelman, 1989), Postcards From the Edge (Postales desde el filo, Mike Nichols, 1990) y Death Becomes Her (La muerte os sienta tan bien, Robert Zemeckis, 1992) comienzan a reflejar otra de sus más valiosas características: su capacidad para contagiar vitalidad. Si en el drama es capaz de transmitir todas las emociones del ser humano, en la comedia Meryl Streep da la impresión de que se lo pasa tan bien que el espectador no puede evitar verse arrastrado por su disfrute.
La naturalidad y el equilibrio, así como la preparación exhaustiva de cada papel logrando los acentos precisos para interpretar a mujeres de distintas procedencias geográficas, han sido señas de identidad de una trayectoria que no ha conocido altibajos y que ha ido creciendo con adaptaciones literarias como The House of the Spirits (La casa de los espíritus, Bille August, 1993), incursiones en el thriller como The River Wild (Río salvaje, Curtis Hanson, 1994), encuentros con grandes directores como Clint Eastwood en The Bridges of Madison County (Los puentes de Madison, 1995), Before and After (Antes y después, Barbet Schroeder, 1996) y Jonathan Demme en The Manchurian Candidate (El mensajero del miedo, 2004) y reencuentros con Robert de Niro en La habitación de Marvin (Marvin’s Room, 1996) y con Robert Redford en Lions for Lambs (Leones por corderos, 2007), sumándose también al talento de las nuevas generaciones en Adaptation (Spike Jonze, 2002) o The Hours (Las horas, Stephen Daldry, 2002).
Además, ha recuperado su faceta de cantante, y reforzado la de comediante, en A Prairie Home Companion (El último show, Robert Altman, 2006), y Mamma Mia! (Phillyda Lloyd, 2008), que junto a su papel en The Devil Wears Prada (David Frankel, 2006) demuestran la excelente forma en que se encuentra, en todos los sentidos, Meryl Streep, que también ha dado voz a numerosos personajes de cuentos infantiles y ha sido narradora en documentales. La actriz también se ha volcado en las causas humanitarias y artísticas, trabajando a favor de innumerables asociaciones e iniciativas. Casada desde 1978 con el escultor Don Gummer, es madre de cuatro hijos.