El Festival de San Sebastián qui­so homenajear ayer al Festival de Cannes en la figura de Gilles Ja­cob por sus 30 años al frente del certamen.

Aprovechando la presenta­ción en el Victoria Eugenia de En­tre les murs, el filme de Laurent Cantet que obtuvo la Palma de Oro en la última edición de Can­nes, Mikel Olaciregui entregó a Jacob y a su sucesor, Thierry Fré­maux, una placa de reconoci­miento. Jacob, por su parte, tra­jo como “regalo” un filme que ha montado con fragmentos de otras películas, a través del cual repasa con humor la biografía de Frémaux. “Debe ser la primera vez en la historia de la literatu­ra y el cine que alguien dedica una biografía a su sucesor”, bro­meó.

“Hoy siento una doble alegría –dijo el director del Zinemaldia– por poder presentar una pelícu­la de Cantet, cineasta al que aquí, donde pudimos ver su pri­mer filme, Ressources humai­nes, queremos mucho, y por re­conocer al Festival de Cannes y su empeño en descubrir año tras año a los más interesantes cre­adores del cine contemporáneo”. El festival francés, que ha creado “un modelo original de certamen que en la actualidad impera en to­do el mundo” y que ha impulsado iniciativas muy novedosas,“no hubiese sido posible sin una per­sona como Jacob, que le ha dado coherencia y continuidad”, des­tacó Olaciregui.

El corto de Jacob, que ayer se proyectó “con carácter de estre­no mundial” antes del flme de Cantet, lleva por título Retour à Tullins-Fures. Jacob adelantó que tenía dos particularidades. La primera es que, como todas sus películas, está hecha sin cá­maras ni rodaje, a base de frag­mentos de otras películas. “Es, pues, una película de montaje o, mejor dicho, de desmontaje, así que puede decirse que no vale nada porque no cuesta nada”. La segunda característica tiene que ver con el protagonista. “Cuan­do hay una sucesión en el mun­do de los negocios –dijo al res­pecto–, el que se va suele decir que su sucesor es un intrigante, mientras que el que llega asegu­ra que su antecesor es un inca­paz. A los periodistas les gustan este tipo de historias porque dan pie a artículos fantásitcos. Pero, en el caso de Thierry y mío, la his­toria sería aburrida”.

Frémaux ha contado algunos pasajes de su vida a Jacob, éste los ha seleccionado y los ha ilus­trado con fragmentos de pelícu­las. “Es una docuficción. Puede que cada uno de los fragmentos no sea cierto, pero el conjunto es verdad”.

Jacob fue delegado general adjunto del Festival de Cannes en 1976 y 1977; después, dele­gado general, y, desde 2000, pre­sidente. Aquel año Frémaux se incorporó como director artísti­co y, desde 2007, es el delega­do general.
M.A.