"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
Por razones geográficas, uno se siente mucho más cerca de las gentes que habitan esta escuela francesa que de las mentes peligrosas con las que tenía que lidiar Michelle Pfeiffer, aunque aquí no se puedan escuchar las palabras de Bob Dylan y su “Mister Tambourine Man”. Además de la geografía, es posible que el tono documental también ayude a esa sensación de veracidad con que uno sale de la sala tras ver Entre les murs, sobre todo si se tienen amigos obligados a bregar todos los días con niños y adolescentes llegados de cualquier parte del mundo y que seguramente son incapaces de entender el empeño de sus profesores por inculcarles unos conocimientos que, piensan, posiblemente no les sirvan para nada.
Siempre me ha parecido que hay algo heroico en la labor de esas gentes que día tras día se encierran en un aula con veinte o treinta chavales que preferirían estar en otro sitio, por ejemplo en la calle, rajando las ruedas del coche del maestro, o fumando porros en el parque. Siempre ha sido algo complicada la labor de transmitir conocimientos a gentes reacias, ya lo era hace muchos años, cuando la realidad social era otra, cuando la disciplina era mucho más estricta, y ahora, en este mundo globalizado, es algo todavía bastante más peliagudo, lo cual no significa, ni de lejos, que a los que nos tocó estudiar en el tardofranquismo y primeros años de la tan cacareada transición estuviéramos mejor o aprendiéramos más; quizá fuera más sencillo para los curas o profesores que con un par de hostias solucionaban cualquier conato de indisciplina.
Los largometrajes de Laurent Cantet no son muchos, pero ha demostrado que es un cineasta con un talento especial que ya se pudo apreciar en Ressources humaines (1999) y confirmó en L’emploi du temps (2001), en mi opinión superiores a Vers le Sud, de 2005. Con Entre les murs, Palma de Oro del Festival de Cannes, vuelve a mostrar una capacidad extraordinaria para analizar algunas de las cuestiones fundamentales del mundo actual, y lo hace con una historia que recuerda a Ça commence aujourd’hui, de Bertrand Tavernier o Être et avoir, de Nicolas Philibert, dos películas que, aunque desde ángulos muy diferentes, abordan como ésta el tema de la educación en Francia. Pero también remite a otros trabajos con una especial voluntad de mostrar la realidad, como In this World, de Michael Winterbottom.
Entre les murs emociona, y, además, hace que los que no hemos vuelto a un aula desde hace muchísimos años valoremos y comprendamos la titánica tarea de quienes se enfrentan cada mañana a los futuros protagonistas de un mundo incierto. Yo admiro cada día más a mis amigos profesores, y pienso que esta película de Cantet debería proyectarse en todos los institutos y colegios.
M.B.