Estaba convencida de que nunca más me lo iban a pedir, porque siempre en septiembre pasaba algo”, explica encantada con la experiencia de ser Jurado la actriz y cantante Leonor Watling (Madrid, 1975) que ha participado en películas como La hora de los valientes y A mi madre le gustan las mujeres, por las que fue nominada a los Goya; Hable con ella, o recientemente Los crímenes de Oxford. Con el grupo Marlango ha publicado tres discos.
Más de veinte películas y tres discos… con poco más de treinta años. Su currículo es abrumador.
Gracias [entre risas]. Tengo la sensación de que voy tardísimo. Hay actores con muchísimo talento de sólo veintiún años y directores de mi generación.
¿Es verdad que usted quería ser bailarina?
Me gustaba y me gusta mucho bailar, pero nunca hubiera llegado a nada y busqué algo que me permitiera expresarme porque no tengo habilidad social. Los que tenemos problemas para socializar somos de ese tipo de gente que va a clases de ballet, teatro…
Había leído que dejó el ballet por una lesión. Curiosamente el reconocimiento le vino interpretando a una bailarina.
También lo había leído yo, pero no fue así. Aquella película para mí fue un regalo. Además de trabajar con Almodóvar, ensayé dos meses con la compañía de Nacho Duato.
¿Cómo fueron sus comienzos en el cine?
Fueron muy lentos. Comencé a recibir clases de teatro y Pablo Llorca me ofreció trabajar en una película. Luego llegó una serie de televisión. Me pareció genial que con 16 años me pagaran una pasta por ir dos días a trabajar. Me gustaba interpretar, pero no trabajar en el cine.
¿Por qué?
Me parecía muy complicado y aburrido. Aun así, interpretar te engancha. Yo fui muy despacio, me nominaron a un Goya antes de que la gente me conociera por la calle. Fue raro, pero beneficioso para mí, porque da tiempo a ver las cosas.
¿Qué le pide a un papel para aceptarlo?
Es una mezcla de cosas, es como enamorarse. Hay cosas prácticas que vas aprendiendo con la experiencia; también influye el momento vital. De repente, recibes un guión del que no sabes ni quién lo dirige, pero te atrae y lo haces. Tu carrera la construyes a base de lo que te ofrecen. Hay cosas que no he hecho, en parte por lo que me han ofrecido, porque uno no elige trabajar con Almodóvar, Isabel Coixet… ¡Te llaman!
Le preguntaba esto porque ha solido comentar que en sus últimos trabajos ha tenido papeles secundarios porque no le habían surgido buenas oportunidades para ser protagonista.
Por eso digo que tiene mucho que ver con tu momento vital. Como intérprete me interesaba más el papel de cinco secuencias que ser protagonista. Puede que tenga que ver con mi carrera como cantante, con la que tengo más controlada mi necesidad de expresión, pero me encantaría hacer un papel protagonista complicado que me rompa la cabeza.
¿Cómo hace para compaginar cine y música?
Me gustan mucho las dos cosas, pero he perdido películas por el momento en el que se rodaban y hemos parado una gira por hacer una película.
Imagino que su próxima maternidad influirá en el plano profesional.
Ya lo está haciendo. Como cantante no pasa nada, se pueden grabar discos y seguir de gira. Como actriz, dado que el físico es tu instrumento, no se puede rodar. Hasta primavera no haré nada.
¿Qué proyectos tiene para después? ¿Puede adelantar algo?
De momento, no. No hay nada firmado, pero hay muy buenas historias y muchas ganas de contarlas.
Y en el plano musical, ¿para cuándo el siguiente disco?
Estamos de gira hasta noviembre con “The Electrical Morning”, un disco muy de tocar, y seguimos escribiendo. Alejandro [Pelayo] y yo escribimos. Él ha tenido un bebé y yo estoy embarazada, por lo que hemos pasado unos meses de una ñoñería insufrible. ¡Vamos a tirarlo todo a la basura! [dice riendo].
Hablando de su trabajo en el Jurado, ¿es fácil decidir cuándo una película es buena, cuándo lo es una interpretación?
Creo que es muy difícil. Todo el que está en esto siente gran respeto por el trabajo de los demás a pesar de que haya películas que, por tu gusto personal o tu momento vital, no te laten. Todos sabemos lo suficiente de cine como para valorar qué implica hacer una película o interpretar un papel, incluso si no es de tu gusto.
Ha recibido bastantes reconocimientos pero, ¿qué supuso estar nominada y que finalmente no le dieran el premio?
Me basta ese tipo de reconocimiento y aprecio de la crítica y de los compañeros. Luego, con el tiempo, piensas: ¡ojalá me lo hubieran dado! Esta profesión tiene eso, que en el fondo no hay nada cuantificable. Hay una parte de ego en que te nominen y mejor si te dan premios, pero también eres consciente de que el cine no es como estudiar medicina que, tras años de estudio y prácticas, eres médico. En esto, hay gente que nunca ha hecho una película y, de repente, es el mejor para ese papel. Eso es, también, lo bonito que tiene.
"Sabemos lo suficiente como para valorar qué implica hacer una película"
Lupe CALVO