"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
Neil Young, corazón de celuloide
“Me paso la noche soñando películas
Nos verás juntos, atrapando la luz de la luna
Mi chica de canela”
(Neil Young, ‘Cinnamon Girl’)
“Gracias por dejarme participar”, musitaba un jovencísimo y apocado Neil Young. “¿Estás de coña?”, replicaba Robbie Robertson en nombre de su grupo, The Band, que en 1976 invitó al canadiense y a otros músicos a tocar en su memorable concierto de despedida. La imagen la captó Martin Scorsese en The Last Waltz, probablemente la mejor película de rock jamás rodada, y supuso además la primera aparición importante en la pantalla grande de un artista cuya relación con el cine ha sido, cuando menos, poliédrica.
De hecho, emplea un pseudónimo, Bernard Shakey, para rubricar sus incursiones en el séptimo arte como director, como en sus largometrajes Journey Through the Past (1974) y Human Highway (1982). Este último narra una delirante historia que incluye a extravagantes personajes e incluso naves espaciales, y en su reparto figuran el propio Young, Dennis Hopper y los miembros de la mítica banda Devo.
En clave más seria, también dirigió el documental del tour Rust Never Sleeps (1979), la película que acompañó al álbum conceptual Greendale (2003) y la más reciente CSNY/Déjà Vu (2008), título incluido en Perlas de Zabaltegi que sigue al músico en los conciertos de la gira antibelicista Freedom of Speech, ofrecida en 2006 junto a sus colegas de trinchera musical Crosby, Stills y Nash.
Asimismo, medio centenar de filmes cuentan con algún tema de los que Neil Young ha escrito en las últimas cuatro décadas. Por ejemplo, Old Boy aparece en Space Boys (2000) de Clint Eastwood, y Don´t Let It Bring You Down en American Beauty (1999) de Sam Mendes. Compuso, a medida que iba viendo sus imágenes, la evocadora y guitarrera banda sonora de Dead Man (1995), el bizarro western de Jim Jarmusch protagonizado por Johnny Deep, y ha creado algunas canciones ex profeso para la pantalla, como la estremecedora Philadelphia de la cinta homónima de Jonathan Demme.
Jarmusch y Demme han firmado películas que captan la rabia y el carisma animal que el artista derrocha en sus directos. El primero rodó la enérgica Year of the Horse (1997), que muestra al de Toronto junto a su sempiterna banda Crazy Horse, y el segundo presentó en el Zinemaldia Neil Young: Heart of Gold (2006), la grabación de un intimista concierto centrado en el disco Praire Wind. Este año, en su visita a Donostia como presidente del Jurado, Jonathan Demme trae bajo el brazo la versión preliminar de otro documental, Neil Young Trunk Show: Scenes Concert que combina canciones en acústico y en eléctrico. Será una nueva muestra de que en el dorado corazón de Neil Young hay espacio para el rock y también para el celuloide.
Juan G. ANDRÉS