Los más de 20 años como coordinadora y más tarde directora del Festival Internacional de Cine de Róterdam han dotado a Sandra den Hamer de un ojo crítico que trasciende la selección de títulos de nuevos realizadores. En su actual puesto como directora del Filmuseum de Ámsterdam, que regenta desde hace un año, su labor se centra en conservar el patrimonio y promocionar las nuevas creaciones de jóvenes directores.
Debe resultar extraño para usted pasar de seleccionar películas para un festival a juzgar una selección.
De alguna manera, además de juzgar las creaciones de los nuevos realizadores, también es una oportunidad de juzgar la selección de los programadores, que han destacado 16 títulos por encima de toda la oferta que existe. Para mí, además tiene un interés especial porque sé lo que supone organizar un festival y me fijo en otras cosas.
Un ojo crítico.
Así es.
¿Y ya tiene un veredicto sobre la selección?
Es demasiado temprano para tenerlo. No creo que sea bueno para un miembro del Jurado decir lo que opina en un periódico, aunque sí me ha gustado lo que he visto.
Cuando trabajaba en Róterdam, ¿tenía oportunidad de ver las películas?
Teniendo en cuenta que realizaba la selección, cuando trabajaba en el festival veía muchísimas más películas que las que puedo ver ahora siendo directora de la cinemateca de Ámsterdam.Esto hace que la invitación de venir a San Sebastián sea como unas verdaderas vacaciones.
El Festival de Róterdam se concentra en jóvenes promesas, nuevos directores. En este sentido, su invitación a formar parte del Jurado, le viene como anillo al dedo.
Así es. La competición en Róterdam es sólo para primeras y segundas películas de realizadores. Lo que aquí es una sección, en Rótterdam es la única competición. En San Sebastián la Sección Oficial está llena de estrellas y grandes realizadores. La prensa nos ha preguntado varias veces dónde están las grades estrellas y la alfombra roja. Yo les contestaba que mis estrellas eran estas futuras promesas. Mi satisfacción es que estos realizadores que pasaron por nuestro certamen han acabado en grandes competiciones.
Durante su paso por él, el festival ganó prestigio y lo puso en el mapa. ¿Qué cree que hace falta para que un certamen encuentre su sitio en un mercado cada vez más copado?
Lo que hizo Rótterdam de especial fue centrarse en cineastas emergentes. Por otra lado, con la creación de CineMart, un mercado en el que se daba la oportunidad a los realizadores de presentar sus proyectos en búsqueda de financiación, Róterdam se convirtió en el primer festival en incluir un mercado de coproducciones. Después creamos el Fondo Hubert Bals, dirigido a directores de países en desarrollo. Ahora hay muchos festivales con mercado.Es cada vez más difícil encontrar la identidad.
Ha pasado de dirigir un festival, con mucho ajetreo, a dirigir un museo, que lleva una connotación de estático y de conservación. ¿Cómo ha sido este cambio de actividad?
El Filmuseum de Ámsterdam no es sólo un archivo de películas, sino que también funciona como distribuidora. Es cierto que la palabra museo evoca un lugar de conservación. De hecho, estamos pensando en cambiarle el nombre.Una de las razones más importantes por las que acepté el puesto fue que la institución está en plena transición. Tendremos una hermosa cinemateca en un nuevo edificio, con cuatro salas de proyección y un gran espacio expositivo. En este momento estamos digitalizando la colección, con lo cual será más fácil la difusión.El nuevo edificio es la excusa perfecta para implementar nuevos elementos.
En España, el concepto de la Cinemateca es de difusión y de preservación. Es una institución que conserva el archivo nacional y da a conocer la historia del cine con la proyección de sus fondos.
Sí, supongo que el de los Países Bajos es un caso singular. Para nosotros es una mezcla de cine clásico y contemporáneo. Hemos distribuido títulos de Carlos Reygadas, Hou Hsiao-Hsien y jóvenes realizadores. Hemos trabajado mucho con el cine argentino y rumano. Por una parte, es importante buscar nuevas plataformas para el cine de autor. En mi trabajo, sigo tratando con nuevos realizadores. Por otro lado, es esencial mantener el patrimonio vivo. Las cintas que hoy estrenamos, mañana son parte del patrimonio. Es la manera de salvaguardar el cine.
Cuál cree que es la labor más importante para una institución como ésta, ¿educación o difusión?
Las dos. Para mí, en el sentido más amplio, lo más importante es la promoción del cine: tanto cortos, documentales y largometrajes, como instalaciones. Es muy importante que las instituciones puedan seguir el desarrollo artístico del medio, así como la labor de difundir el trabajo de los jóvenes realizadores.
"Ésta es una oportunidad para juzgar la selección de los programadores"
"En la cinemateca también tratamos con jóvenes directores"
Ane RODRÍGUEZ