"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
El jitsuroku eiga no fue, sin embargo, la única variante del cine criminal nipón capaz de dejar un testimonio sobre la sociedad de su tiempo. Desde que Akira Kurosawa le confiriera a su clásico film noir El perro rabioso un registro documental que plasmaba cómo era la vida durante la posguerra, muchas películas siguieron esa tendencia que insertaba las ficciones policíacas en una dura realidad: Endless Desire, The 893 Gang, Greed in Broad Daylight, El entierro del sol o Pigs and Battleships trascienden el mero relato criminal para lanzar irónicos comentarios sobre una sociedad lanzada a la picaresca y la lucha por la supervivencia. Y, en pleno boom económico, el propio Kurosawa volvería a ofrecernos un sombrío cuento moral, El infierno del odio.
El espectador asiduo al ciclo se enfrentará a otras curiosas variantes genéricas que le dan nuevas vueltas de tuerca a fórmulas bien conocidas. Conocerá a detectives posmodernos como Maiku Hama (protagonista de The Most Terrible Time in My Life) o muy chapados a la antigua, como Kosuke Kindaichi, uno de los investigadores privados más populares de la novela policíaca nipona (The Inugami Family). Descubrirá a cineastas esenciales como Yoshitaro Nomura, autor de thrillers en claroscuro que nada tienen que envidiar a sus homólogos americanos (Stakeout, Zero Focus). Se divertirá con las fanfarronadas de Jo Shishido, el actor japonés que ha sabido encarnar tipos duros con más ironía (A Colt Is My Passport, Youth of the Beast). Se sorprenderá con insólitas y delirantes muestras de cine local, como las películas de cárceles de mujeres o los filmes sobre sukeban (chicas delincuentes), al tiempo que entenderá por qué Meiko Kaji, la indiscutible chica mala del cine japonés, fascina tanto a Quentin Tarantino. Se adentrará en los absorbentes ejercicios de estilo que proponen directores de la “nueva ola” japonesa como Masahiro Shinoda (Pale Flower) o Hiroshi Teshigahara (Man Without a Map). Y se encontrará en medio de la furia y extraña belleza con que Takeshi Kitano, Takashi Miike o Kiyoshi Kurosawa han llevado al cine policíaco hasta sus últimas consecuencias. Paradojas de la vida: que ese asunto universal que tanto sufrimiento provoca en la realidad nos provoque tantas alegrías en la oscuridad de una sala de cine. R.C.