"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
Es difícil pensar en Apocalypse Now sin estremecerse al recordar el escenario de pesadilla donde reina Kurtz/Brando; o pensar en One from the Heart (Corazonada) sin añorar los decorados de ilusión donde cantan y bailan Hank y Frannie. Son espacios mágicos concebidos por un arquitecto de sueños: Dean Tavoularis. Aunque nace en Massachusetts en 1932, toda su infancia y adolescencia la pasa en Los Angeles, a la sombra de los estudios de Hollywood. Estudia arquitectura y pintura en distintas escuelas de arte y entra a trabajar en los Estudios Disney como dibujante de storyboards.
En 1967, Arthur Penn le llama para que se encargue de la dirección artística de Bonnie and Clyde. Tres años después, Penn le vuelve a reclamar para que se invente el Oeste desaparecido de Little Big Man (Pequeño gran hombre). Pero será su encuentro con Francis Ford Coppola en 1972 en el rodaje de The Godfather (El padrino) el que determine la línea creativa que va a tener su carrera. The Godfather Part II (El Padrino II) y The Conversation (La conversación), en 1974, consolidan su colaboración y los preparan para el que va a ser el gran reto creativo de ambos: Apocalypse Now (1979), la odisea vietnamita para la que Tavoularis creó un reino de pesadilla en plena jungla. Junto a Francis Ford Coppola, Tavoularis ha podido llevar hasta extremos insospechados su capacidad de inventar espacios mágicos.
Dean Tavoularis piensa que un decorado es algo físico que se tiene que ver, tocar y sentir. Sus obras son auténticas arquitecturas efímeras; da igual que sea una casa en el lago, una ruina en la selva, una calle de una ciudad cualquiera; cada color, cada objeto y cada detalle deben ser los justos para crear la atmósfera que la película necesita.
La lista de su filmografía es realmente importante. Entre 1967 y 2001, ha trabajado en más de treinta películas, ha tenido cinco nominaciones al Oscar, lo ha ganado una vez, con The Godfather Part II, y se ha convertido en un mago del cine capaz de recrear en un estudio o en plena naturaleza lugares insospechados. La relación de directores con los que ha colaborado es impresionante: Michelangelo Antonioni (Zabriskie Point, 1970), Wim Wenders (Hammett, 1982), Warren Beatty (Bulworth, 1998), Roman Polanski (The Ninth Gate - La novena puerta, 1999).