"Z365" o "Festival todo el año" es la nueva apuesta estratégica del Festival en la que confluyen la búsqueda, el acompañamiento y el desarrollo de nuevos talentos (Ikusmira Berriak, Nest); la formación y la transmisión de conocimientos de cine (Elías Querejeta Zine Eskola, Zinemaldia + Plus, Diálogos de cineastas); y la investigación, la divulgación y el pensamiento cinematográfico (el proyecto Z70, Pensamiento y debate, Investigación y publicaciones).
"De acuerdo, lo intentaré", este podría ser el lema de la vida de este actor británico nacido en Suffolk, Inglaterra el 26 de octubre de 1942, en plena guerra mundial. Lo intentaré y lo conseguiré. Bob Hoskins tuvo que imponerse a un físico que no le permitía hacer de galán. Pero estaba convencido de su vocación.
Actor de teatro, sus primeras apariciones en cine fueron en pequeños y esporádicos papeles en los años 70 y primeros 80, (Inserts, Amanecer Zulú, Cotton Club, Brazil, etc.), pero su auténtico descubrimiento llegó de la mano de Neil Jordan quién en 1986 le convirtió en el ángel protector de una call girl negra llamada Mona Lisa gracias al cual ganó el premio al Mejor Actor en Cannes y obtuvo una primera nominación al Oscar. A partir de ese momento, el nombre de Bob Hoskins ocupó un lugar privilegiado en el cine británico y americano.
Entre otros memorables papeles le recordamos como guionista empalagoso en Sweet Liberty (Dulce libertad), patético pretendiente en The Lonely Passion of Judith Hearne (La solitaria pasión de Judith Hearne), inseparable compañero de un conejo muy especial en Who Framed Roger Rabbit (Quién engañó a Roger Rabbit), o el indispensable Smee al lado del capitán Hook. Ha dirigido dos películas: The Raggedy Rawney (El enigma del hechicero) en 1987 y Rainbow en 1995, ambas interpretadas por él. En los últimos años, Bob Hoskins ha hecho algunos papeles más duros, como el que tenía en Felicia's Journey (El viaje de Felicia) de Atom Egoyan.
Hoskins, al que vimos en San Sebastián el año pasado en el film Last Orders, tiene el privilegio de haber encarnado en la pantalla a varios personajes reales de enorme importancia. Ha sido Nikita Kruschev en Enemy at the Gates (Enemigo a las puertas), y para la televisión se ha metido sucesivamente en la piel de Winston Churchill, Manuel Noriega o Benito Mussolini. Bob Hoskins puede sentirse satisfecho. La frase con la que encarriló su vida profesional hace muchos años: lo intentaré, ha dado sus frutos.