El Festival de San Sebastián y el Comisionado para la Celebración de los 50 años de España en libertad, una iniciativa del Gobierno de España dependiente del Ministerio de Política Territorial y Memoria Democrática, han creado la sección Jóvenes, cine, memoria y democracia. La iniciativa incluye un ciclo de películas que tienen el propósito de pensar en colectivo el lugar que ocupa el pasado en el presente y en el futuro; una mesa redonda que ahondará en las relaciones entre cine e historia; y proyecciones para alumnado de educación secundaria que propiciarán la conversación intergeneracional.
El Teatro Victoria Eugenia acogerá el acto de homenaje al documental Canciones para después de una guerra, de Basilio Martín Patino (Lumbrales, 1930-Madrid, 2017), con el objetivo de reparar el proceso de censura sufrido por esta obra y también para promover el conocimiento histórico sobre las herramientas de coerción de la dictadura y la importancia de la libertad de expresión en los regímenes democráticos. En 1971, tras un pase interno de Canciones para después de una guerra, documental de Basilio Martín Patino que había recibido la distinción de Interés Especial por la Junta de Censura, el Festival de San Sebastián promovió la revisión del expediente de censura; ello, unido a una dura crítica de cine aparecida en la prensa nacional, conllevó la prohibición total de la película, que no pudo ser estrenada hasta 1976, una vez muerto el dictador Francisco Franco. En 2021, en el marco del proyecto Zinemaldia 70. Todas las historias posibles, se llevó a cabo una investigación sobre la relación del Festival de San Sebastián con la censura franquista, y Canciones para después de una guerra fue uno de los casos de estudio paradigmáticos.
También formará parte de este ciclo Chile, la memoria obstinada (1977), el documental de Patricio Guzmán (Santiago, 1941) que narra el regreso del cineasta chileno a su país con una copia de su anterior película, La batalla de Chile, para reencontrarse con algunos de los protagonistas del 11 de septiembre de 1973, día en que Pinochet dio el golpe de estado, y compartirla con una nueva generación de ciudadanos chilenos.
Pablo Gil Rituerto (Madrid, 1983) ha debutado como director con La marsellesa de los borrachos (2024), una no ficción en la que un equipo de rodaje recrea en pueblos del norte de España el viaje clandestino que hizo en 1961 un grupo de intelectuales italianos grabando canciones populares de la resistencia en plena dictadura franquista.
El ciclo recupera también Nos défaites / Our defeats (Zabaltegi-Tabakalera, 2019), del cineasta francés Jean-Gabriel Périot (Bellac, 1974), que retrata nuestra relación con la política a través de un juego en el que estudiantes de secundaria reinterpretan extractos de películas posteriores a mayo del 68.
Por último, en Un cielo impasible (2021), David Varela (Colmenar del Arroyo, 1972) reúne en la zona oeste de Madrid, donde tuvo lugar una de las batallas más cruentas de la Guerra Civil, a un grupo de adolescentes que descubre, recita y debate los testimonios de los soldados que lucharon durante esos días.
En el contexto de esta iniciativa se celebrará asimismo la mesa redonda Escrituras cinematográficas de la dictadura franquista, moderada por Carmina Gustrán, comisionada para la Celebración de los 50 años de España en libertad. Participarán Valeria Camporesi, directora de la Filmoteca Española que cuenta con una larga trayectoria académica como historiadora del cine; Santiago de Pablo, catedrático de Historia Contemporánea de Euskal Herriko Unibertsitatea-Universidad del País Vasco (EHU) y especialista en las relaciones entre cine e historia; y el profesor e historiador Nicolás Sesma, autor de Ni una, ni grande, ni libre, un relato de la dictadura franquista que cuenta con numerosas referencias cinematográficas.
Además, en el marco del ciclo Jóvenes, cine, memoria y democracia se proyectará la película Les héritiers (La profesora de historia, Marie-Castille Mention-Schaar) para alumnado de educación secundaria entre octubre y diciembre en la sala de cine de Tabakalera con el propósito de favorecer la conversación intergeneracional.
La historia del cine español durante el franquismo está surcada por una corriente, generalmente subterránea, mayormente silenciada o censurada, de películas que mostraron su discrepancia o incluso su rechazo a la dictadura de Francisco Franco. Todas ellas, para evitar la prohibición por parte de las autoridades franquistas, plantearon diferentes estrategias para disfrazar su antifranquismo. Por ejemplo, mientras Luis García Berlanga optaba por la sátira, Carlos Saura abrazaba la metáfora.
Una película sobre el Chile escondido detrás de la cortina de su memoria desgarrada. Veintidós años después del golpe de Estado de Pinochet, Patricio Guzmán regresa a su país para comprender cómo y en qué medida el olvido impuesto por Pinochet pudo destruir la memoria y la energía de un pueblo.
Durante el verano un equipo de rodaje recorre las carreteras y pueblos del norte de España. Siguen los pasos del viaje clandestino realizado por el grupo Cantacronache, que en el verano de 1961, en plena dictadura franquista, recogió canciones populares de la resistencia. A través del prisma de la memoria oral y de los archivos sonoros registrados en 1961 los dos viajes dialogan, conformando una geografía emocional y política de un territorio en el que las heridas del pasado siguen abiertas.
Nos défaites (Nuestras derrotas) ofrece un retrato de nuestra vinculación con la política a través de un juego de reinterpretación a cargo de estudiantes de secundaria que reflexionan sobre conceptos como los sindicatos, el capitalismo o las revueltas sociales mientras interpretan y dirigen extractos de películas del Mayo del 68. ¿Qué valor tienen la revolución o el compromiso en su día a día? ¿Cómo perciben el mundo en el que crecen? Y, sobre todo, ¿querrán cambiarlo, destruirlo o construir uno nuevo?
Zona oeste de Madrid. Lugar donde sucedió una de las batallas más cruentas y mortíferas de la Guerra Civil Española. Un grupo de adolescentes investiga, recita y debate sobre los testimonios de los soldados que lucharon durante esos terribles días; hacen suyas las vivencias de los veteranos y los muertos. Mientras, la película muta, se adapta y se va construyendo a través de su mirada: la de una nueva generación que se abre al diálogo y revisa críticamente la escuela y la memoria histórica.